Llegamos a Túnez, objeto de todas nuestras esperanzas, centro de todas las miradas, punto de encuentro de viajeros de oriente y occidente. Aquí confluyen flotas y caravanas. Aquí se encuentra todo lo que un hombre pueda desear. ¿Prefieres viajar por tierra? Aquí encontrarás innumerables compañeros de viaje. ¿Te gusta el mar? Aquí hay barcos que navegan en todas direcciones. Túnez es una corona cuyas joyas son sus barrios; sus suburbios son como un jardín florido, siempre refrescado por la brisa.
Diario de un viajero del siglo XIII.
Túnez, puerta de entrada a África, frontera de Europa. Una frontera que, a diferencia de la nuestra, está claramente delimitada, vigilada con atención y con normas estrictamente aplicadas por las autoridades aduaneras competentes, como corresponde a un país verdaderamente soberano. Un viaje tan largo como el nuestro, sobre todo si se consideran las alternativas, que para otros se reducen a unos pocos días, literalmente lanzados hacia el sur, al desierto, desaprovechando así un país espléndido que merece mucha más atención y momentos de reflexión. Sin duda, no fue nuestro caso: casi dos semanas dedicadas primero a visitar el norte, luego al sur, bordeando la frontera argelina, por las habituales carreteras secundarias, con nuestra ya habitual tendencia a deambular y a pesar de las preocupaciones por la seguridad derivadas de la tensión entre el gobierno central y algunas tribus de las montañas del norte, lo que nos obligó a modificar la mitad de la tercera etapa. Por lo demás, la amabilidad habitual de la gente era evidente, los paisajes, siempre espectaculares, la luz increíble y una red de carreteras que ya me había causado una impresión positiva el año pasado durante el reconocimiento. ¿Qué más puedo decir?
Gracias a todos los participantes:
Stefania YAMAHA TRACER 9
Augusto BMW 650 DAKAR
Ettore HONDA NZ500
Massimo APRILIA TUAREG 660
Pierandrea KTM 890 ADV
Sandro BMW R1300 GS